Un estudio propone cuatro acciones individuales que ayudan mucho más a reducir la huella de carbono que reciclar.
Reciclar o usar focos ahorradores de energía no sirven de mucho si quieres reducir tu huella de carbono; según un estudio, las acciones individuales como no usar el coche, llevar una dieta a base de plantas o no tener hijos tienen un mayor impacto.
La investigación, hecha por Seth Wynes y Kimberly Nicholas y publicada en la revista Environmental Research Letters, asegura que hay cuatro acciones individuales que pueden contribuir a reducir la cantidad de emisiones de contaminantes que una persona genera.
Según los investigadores, no usar el coche reduciría 2.4 toneladas de emisiones de CO2 al año; decirle adiós a los viajes trasatlánticos significaría 1.6 toneladas de dióxido de carbono menos por persona y llevar una dieta a base de plantas tendría un impacto de 0.8 toneladas de CO2 al año.
Pero el impacto más significativo en cuanto a reducción de emisiones de dióxido de carbono sería tener un hijo menos o ninguno. Para llegar a esta conclusión, se basaron en récords históricos y la emisión de dióxido de carbono.
Y es que esta decisión, individual, reduce hasta 56.8 toneladas de dióxido de carbono al año. “Una familia que decida tener un hijo menos, tendrá el mismo impacto en cuanto a reducción de emisiones que 684 adolescentes que decidan adoptar un estilo de vida de reciclaje por el resto de su vida”, se lee en el estudio.
El artículo “The interaction of human population, food production, and biodiversity protection”, que trabajó en conjunto con Eileen Crist, del Virginia Tech, y Robert Engelman, del Worldwatch Institute, reabre la discusión de una idea polémica: ¿se debe controlar el tamaño de la población para evitar el colapso ecológico de la Tierra?
Con base en la evidencia científica de varios años, se estima que si el crecimiento actual de la población se mantiene, se alcanzarían los 11.200 millones de personas para finales del siglo y la producción de alimentos tendría que incrementarse en un 70 por ciento en los próximos años.
Controlar la natalidad es un tema recurrente en las discusiones sobre la sostenibilidad, pero en las últimas décadas no ha estado en el centro del debate. ¿Por qué?
Ha habido varias razones. La primera es que hay un temor de hablar al respecto. Cuando se dice control poblacional, la gente automáticamente empieza a crearse ideas de lo que uno dice. Otros prefieren no involucrarse porque son debates complejos.
Garantizar el empoderamiento de las mujeres en el sentido de que eso es una inversión beneficiosa en todos los niveles. Solo con educarlas se reduce el tamaño de la población, porque las mujeres que tienen acceso a una educación y a tomar decisiones propias sobre su vida normalmente se orientan a tener menos hijos.
Nos triplicamos en los años 80 y sobrepasamos la capacidad del planeta, pero podemos volver a bajar a ese momento de sostenibilidad si tenemos de a un niño por mujer. Eso reduciría la natalidad para el 2050 y volveríamos a un equilibrio.
Fuente: www.milenio.com