A lo largo del día podemos enojarnos por distintas razones, sin pensar en las consecuencias que esto puede traer para nuestro cuerpo, es por eso que es importante controlarnos y no dejar que la emoción nos gane.
Algunas de las formas en las que sufre tu cuerpo al enojarte son:
- Aumento en la presión sanguínea, a largo plazo esto puede generar el deterioro de las arterias.
- Se puede generar taquicardia.
- Algunas sustancias se producen en mayor cantidad, como la adrenalina, lo que desequilibra a tu cuerpo.
- Se generan dolores musculares.
- Se puede tener dolor de cabeza.
- Se provocan contracturas.
- Desequilibra el sistema inmunológico, lo que puede hacer que te enfermes más.
- Se tiene un riesgo mayor de padecer colitis, gastritis y otras enfermedades de este tipo.
- Se respira de manera más rápida, haciendo que el corazón bombee con mayor intensidad.
Es por estas razones que es necesario tranquilizarse y no dejar que un enojo afecte nuestro cuerpo, para lograr controlar la ira puedes:
- Intentar distintos ejercicios de respiración.
- Tomarte un tempo antes de contestar.
- Hablar con alguien lo que te molesta.
- Hacer actividades relajantes.
- Hacer ejercicio
No puedes controlar lo que pasa a tu alrededor, pero está en tus manos la reacción que tienes ante los distintos eventos. Piensa en tu cuerpo y procura no enojarte.