¿Cómo bañar a un recién nacido?

BAÑOS DE ESPONJA

Durante los primeros días de nacido del bebé lo mejor que puedes hacer es darle baños de esponja y limpiarlo con una toallita humedecida con agua tibia. Asegúrate de limpiar bien el área genital y de tener cuidado con el cordón umbilical que se caerá solo después de unos 10 días.

BAÑOS EN BAÑERA

Una vez que el cordón umbilical se haya caído entonces puedes empezar con baños en la bañera. Nosotros encontramos una pequeña hamaca en una tienda departamental, especial para la bañera del bebé.

Te recomendamos que uses una bañera pequeña (para bebé) y no una tina de tamaño normal. Llena la bañera con un poco de agua tibia y recuéstalo en la hamaca, o recárgalo en tu brazo mientras lo sostienes firmemente.

Algunas bañeras para bebé tienen un termómetro integrado, pero si la tuya no lo tiene busca comprar uno para evitar que el agua esté muy caliente. Recuerda que la piel de los bebés es muy sensible y no tolera muy bien el calor ni el frío. La temperatura ideal recomendada es de 32ºC.

Es difícil que un bebé se ensucie lo suficiente durante el primer año de vida como para requerir baños diarios. Intenta bañarlo de 3 a 4 veces por semana.

PASO A PASO

1. Cuando te dispongas a bañar a tu bebé asegúrate de tener todo lo que vayas a necesitar a la mano, incluyendo toalla, jabón neutro (puedes usar jabón también para lavarle el pelo), pañales, crema para rozaduras (en caso de que sea necesario) y ropa limpia.

2. Asegúrate de que el baño (o el lugar en el que lo vayas a bañar) esté a una temperatura agradable para evitar que le de frío cuando lo desvistas.

3. Llena la bañera con aproximadamente 10 cm. de agua tibia.

4. Lleva a tu bebé a la bañera y desvístelo completamente. Introduce al bebé al agua poco a poco, empezando con los pies. Usa una mano para detener su espalda y cuello. Vierte un poco de agua por su cuerpo regularmente para evitar que se enfríe.

5. Pon un poco de jabón neutro en una toalla pequeña y talla cuidadosamente su cuerpo, empezando con la cabeza.

6. Enjuágalo bien y sácalo con mucho cuidado de la tina, asegurándote de detenerlo firmemente del muslo para evitar que se resbale.

7. Envuélvelo bien en una toalla y sécalo con cuidado. Vístelo rápidamente para evitar que se enfríe.