Altar de muertos: tradición sagrada

Desde la antigüedad, nuestros ancestros tenían la idea de que cada 1 y 2 de noviembre las almas de los difuntos retornaban a la Tierra desde el más allá para convivir con sus seres queridos. Los vivos ofrecían a los espíritus ciertos elementos para honrarlos y hacer más amable su estadía. De la misma manera guiaban su camino para que no se perdieran en el trayecto de regreso a casa.

Hoy día, las ofrendas del Día de Muertos son una mezcla de la cultura indígena y la europea, cada una de ellas aportó elementos que se unieron para dar lugar a una tradición colorida, rica en elementos que guardan un significado místico.

Los altares de muertos son rituales sagrados donde se comparte con los difuntos el agua, la sal, la comida, el vino, etc. Es un ritual que nos reencuentra con nuestro ser querido aunque no podamos verlos ni sentirlo físicamente.

Elementos esenciales de un altar de muertos

Agua: mitiga la sed del difunto y le brinda fuerza para su regreso.

Sal: simboliza la purificación para que el cuerpo no se corrompa.

Veladoras: representan la luz y la guía para que las ánimas puedan llegar a su destino.

Copal e incienso: permite el paso de las ánimas del mundo de los muertos al de los vivos y aleja los malos espíritus.

Flores: éste es un elemento muy especial pues cada color de flor tiene un significado característico; las flores blancas representan el cielo, las amarillas (cempasúchil) la tierra y las moradas el luto que se le guarda al difunto.

Pan: es un ofrecimiento fraterno que en el catolicismo representa el “cuerpo de Cristo”, es uno de los elementos más simbólicos del altar y de la fecha misma.

Retrato: se coloca el retrato del o los difuntos que visitarán el altar para que sepan que el altar se colocó para honrarlos.

Comida: los platillos típicos son mole, arroz, dulce de calabaza y, en general, el platillo favorito del difunto. Estos se preparan con el fin de que degusten lo que más les agradaba comer en vida. 

Calaveras de azúcar: aluden a la muerte eterna y representan a cada difunto.

Licor: se incluye con el fin de que el difunto recuerde los grandes acontecimientos y en honor a su llegada; también se pueden incluir cigarros y dulces.

Papel picado: sirve como adorno para dar color a las ofrendas y también representa la unión entre la vida y la muerte.