Depresión navideña: más que un problema estacional

La Navidad es un período  que se asocia con el fin de un periodo, ya sea el año o el cumplimiento de metas o proyectos, es decir, se relaciona directamente con la evaluación de éxitos o fracasos. De acuerdo con el Dr. Dr. Elmer A. Masís Olivas, Director de Procoape, Psicólogo y Reeducador para el cambio personal, se relaciona con el pensamiento de que todo tiempo pasado fue mejor y la nostalgia asociada, aumentan más la depresión.
En otros casos la baja autoestima puede jugar un papel importante.

Igualmente, recuerdos de familiares que se fueron durante el año, rupturas amorosas, o sociales, fracasos laborales o académicos, o dificultades económicas propias de la época, entre otros, pueden ser factores que generen cuadros depresivos en Navidad.

Por otra parte al ser la Navidad un tiempo asociado a felicidad, amor y paz, algunas personas no se sienten merecedores de estas cualidades; llegan incluso a sentirse culpables por el solo hecho de pensar en compartir y disfrutar de las fiestas, con los demás.

Hay quienes, se entregan al alcohol, las drogas y esto agrava los síntomas depresivos y pueden hacer que la persona presente episodios de ideación suicida e intentos, en el peor de los casos.

Signos y síntomas
El individuo con depresión navideña puede presentar:

Tristeza la mayor parte del tiempo y llanto sin razón aparente, durante el mes de diciembre o cerca de éste.

Desgano la mayor parte del tiempo.

Irritabilidad.

Falta de energía.

Falta de atención concentración.

Pensamiento negativo.

Enlentecimiento psicomotor.

Pérdida o aumento del apetito.

Pérdida o aumento de sueño.

Desánimo para el aseo personal diario.

La persona pierde el interés en comunicarse con los demás.

No desea hablar ni que le hablen de Navidad ni algo relacionado.

Pensamiento e intención suicida.

Ante tal situación es importante:

Si los síntomas están generando problemas serios, es importante buscar ayuda profesional psicológica, reeducativa y médica.

Asimismo, mientras la persona pueda hacerlo, es importante:

Rodearse de gente y compartir más con amigos o familiares. El rodearse de personas comprensivas, que apoyen y que conversen del problema, puede resultar altamente terapéutico.

Analizar pensamientos distorsionados que generan síntomas depresivos es necesario y convencerse de que tales pensamientos no tienen sentido e interfieren con el estado de ánimo.

Asimismo es importante, darse cuenta de las conductas altamente inconvenientes, que se generan a partir de estas emociones y pensamientos y buscar alternativas de cambio. Es necesario que el paciente trate de comportarse de la forma contraria a como se sentiría tentado a hacerlo. Hacer el esfuerzo puede representar todo un reto, pero puede ser de enorme beneficio.

Otras opciones importantes para un cambio es hacer una “lista de gratitud”. El realizar una lista de las situaciones que se tienen y que le rodean, puede ayudar a superar esta etapa depresiva. El darse cuenta de que se tiene una familia que apoya, que se tiene salud, un trabajo, sólo para citar algunos ejemplos, pueden resultar beneficioso para estas personas.

Siempre que se pueda cambiar el ambiente que evoca recuerdos desagradables, es importante hacerlo.

Es recomendable hacer actividades que generen placer. Cada paciente debe definir cuáles son esas actividades.

Pertinente es cuidar la dieta y el descanso, evitar situaciones altamente estresantes, así como evitar compartir con personas que afecten más el estado de ánimo.

La práctica de un deporte, preferiblemente ejecutado al aire libre y con supervisión profesional, es altamente recomendable.

Evitar la ingesta de alcohol en exceso o drogas no recomendadas por el médico. El olvido que proporciona el alcohol por ejemplo, es sólo temporal y no contribuye a resolver las dificultades.

Busque tener un apoyo psicológico con un profesional, que le permita fortalecerse, cada vez más, a nivel emocional, esto con sus correspondientes implicaciones a todo nivel.